Capitulo 1

Mayo de 1974 a Diciembre de 1975

IDEA Y PREPARATIVOS

Transcurría el mes de mayo de 1974; llevábamos casi cuatro años de novios; éramos dos veinteañeros perdidamente enamorados y, a pesar de nuestra corta edad, teníamos el deseo y la convicción de compartir un
proyecto de vida juntos. Eso, sumado al entusiasmo por viajar y conocer otros lugares y otras culturas, nos llevó a considerar la posibilidad de casarnos y concretar nuestra luna de miel “sobre ruedas”.

Aunque al principio no sabíamos con certeza cuál sería el destino elegido, lo que sí estaba claro era que lo íbamos a alcanzar por “tierra”. Después de barajar algunas alternativas más cercanas, resolvimos hacerlo “a lo grande”, lo más lejos posible; y entonces surgió el nombre mágico de Alaska, como una expresión de anhelo que nos transmitía una sensación de misterio y un verdadero desafío.

Valle de Ascochinga

A partir de ese momento, comenzamos a planificar todo lo relacionado al “gran proyecto” de viaje por América. Lo primero era definir la fecha del casamiento, que tenía que ser posterior al 12 de agosto de 1975, momento en que cumplía mis 21 años y con ello la mayoría de edad. Finalmente fue el día 24 de octubre de 1975. La fecha de partida estaba prevista para diciembre, después que yo terminara de cursar el cuarto año de estudios universitarios.

Paralelamente, teníamos que conseguir el vehículo necesario para la odisea, tramitar la documentación y permisos reglamentarios, comenzar a ahorrar todo el dinero posible, y prever hasta el último detalle logístico que pudiera facilitar el cumplimiento del proyecto.

Un tío de Marta, Carlos Córdoba (“bebe”), Medico, que vivía en ese momento con su familia en la ciudad de Rafaela, Santa Fe, vendía una camioneta Chevrolet, con una “casita” montada en la caja, de fabricación casera, porque se iban a vivir a los Estados Unidos de América. Rompimos “el chanchito” y con alguna ayudita extra, logramos comprar lo que sería nuestro “hotel rodante” en el periplo americano. Obviamente que necesitaba una cantidad de modificaciones para cumplir con los requisitos básicos de confort. Para eso llevamos la “Camper”(casilla) a un concesionario de la fábrica de casas rodantes “Anahí”, situado en el Cerro de las Rosas, Córdoba. Básicamente teníamos que “rehacerla” por dentro y por fuera, basada en el diseño original.

Camioneta Chevrolet 1967 – C/Camper

Ubiquémonos en el tiempo (años 1974 y 1975) y la circunstancia que vivía nuestro país. Estábamos inmersos en un proceso inflacionario “galopante” y era complicado ahorrar, porque se vivía el “día a día”. Sufríamos además, un gran desabastecimiento de materiales y alimentos. Para el revestimiento exterior de la “casita”, necesitábamos chapas, pero no se conseguían en ningún lado, por lo que perdimos mucho y valioso tiempo de trabajo. Gracias a la ayuda de un amigo, el “Bebe” Villegas, conseguimos chapas usadas que nos sacaron del apuro. La camioneta funcionaba bien, aunque por la cilindrada del motor consumía bastante nafta.

Mientras tanto trabajábamos los dos, tratando de comprar todos los dólares posibles. Marta como maestra en Ascochinga y yo, en la Secretaría de Agricultura de Córdoba. Además seguía con mi carrera de Ingeniería Agronómica (cuarto año).

EL CASAMIENTO

Casamiento Civil – Jesús María

Cuando ya habíamos enviado todas las invitaciones para la boda del día 24 de octubre, a realizarse en el Hotel Golf de Ascochinga, nos sorprendió la llegada inesperada de la Presidente de la Nación, María Estela Martínez de Perón, en los primeros días de octubre, acompañada por las señoras de los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. Eso implicaba un servicio de seguridad nunca visto en la zona, que restringía totalmente el ingreso al hotel. Lo peor es que nadie sabía hasta cuándo se iban a quedar alojadas, al punto tal que comenzamos a analizar la posibilidad de posponer nuestro evento. Por suerte, después de “cortar clavos” al por mayor, una semana antes del casamiento, decidieron partir.

El civil se realizó el mismo día 24, por la mañana, en la ciudad de Jesús María, que culminó con un almuerzo en el que originalmente fuera el “quincho” del hotel y que hoy es el “Club House” del Ascochinga Golf Club. A la noche, fue en la iglesia de Ascochinga, y la fiesta en el comedor principal del hotel Golf, con 250 invitados. Todo resultó impecable y muy emocionante.

Los dos meses que faltaban para el día “D”, lo pasamos bárbaro, en un departamento que nos prestaron los Trettel, un matrimonio amigo de Jesús María, ubicado en la avenida Colón de la ciudad de Córdoba.

Unos días antes de iniciar el viaje, dejamos el departamento y nos fuimos a Ascochinga para la despedida. Y, finalmente, llegó el momento de la partida.

Casamiento Iglesia – Ascochinga

Fiesta – Hotel Golf (Ascochinga)

El día 22 de diciembre de 1974, escribía Marta en nuestro diario: “Después de diecisiete meses de preparativos estamos iniciando la aventura tan esperada. Estamos tan contentos y nerviosos a la vez, que no nos damos cuenta de todo lo que nos espera. La despedida no fue como yo quería, pero no hubiese podido ser de otra manera. Somos tan sensibles y flojos para el llanto, que terminamos demasiado entristecidos y apesadumbrados”.

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