Cataratas del Iguazú

  • Año: 2010
  • Recorrido: Paraná – Iguazú – Posadas – Federación
  • Distancia recorrida: 3.000 Km.
  • Vehículos: Isuzu Trooper

El día 19 de junio de 2010 iniciamos, junto a Tomy y Patricia, otro espléndido viaje de carácter turístico y cultural, porque combinamos cataratas, termas y parques nacionales con ruinas jesuíticas y otros lugares de enorme interés histórico. Todo estaba planificado para conocer estos emblemáticos lugares en etapas, tanto de ida como de vuelta.
El primer tramo nos llevó hasta la ciudad de Concordia, segunda en importancia de la provincia de Entre Ríos, y nos alojamos en el hotel Termal del Lago, frente al Complejo Termal. Esa noche cenamos en el centro y nos acostamos temprano para recuperar energía.


El día 10 nos detuvimos especialmente en Yapeyú, Corrientes, pueblo natal del General San Martín. Está ubicado en el margen oeste del río Uruguay, en una zona de suaves ondulaciones. Fue fundado en 1860 con el nombre de San Martín, sobre las ruinas de la reducción jesuítica del Yapeyú. Allí almorzamos y esperamos la apertura del Templete Histórico que protege las ruinas de la casa natal del “Padre de la Patria” y el Museo Sanmartiniano. Su construcción es de estilo colonial y se inauguró en 1938. Lo que nos impactó negativamente, fue la falta de mantenimiento del lugar, especialmente del predio que lo enmarca, e inclusive dejamos por escrito nuestra inquietud en el Libro de Visitas de este lugar tan apreciado por los lugareños. En el parque también se encuentra un monumento, el “Arco trunco”, en homenaje a los soldados correntinos caídos en la Guerra de Malvinas.


Como a las tres de la tarde continuamos por la ruta 14 para llegar, casi de noche, a Apóstoles. Esta ciudad del sur de Misiones es conocida por ser la “Capital Nacional de la yerba mate”; nos alojamos cómodamente en el hotel Valenti y a la noche comimos y caminamos un rato por la zona céntrica.
A la mañana siguiente seguimos el periplo con la idea de llegar al destino final en Foz de Iguazú. Hicimos una sola parada “cultural” para visitar las ruinas jesuíticas de San Ignacio Miní, una Misión fundada a comienzos del siglo XVII. En la actualidad es la mejor conservada de todas las misiones del territorio argentino y, a pesar del paso del tiempo y el avance de la tremenda vegetación tropical, se pueden observar muchos muros todavía en pie.


Almorzamos frugalmente y continuamos por la ruta 12. Por la tarde comenzó a llover tenuemente; los trámites fronterizos fueron rápidos e ingresamos a Brasil cruzando el puente internacional “Tancredo Névez”. Luego por la “Rua das cataratas”, llegamos al hotel reservado previamente, “Harbor Colonial”.


Después de un reconocimiento general de las instalaciones y servicios del hotel, fuimos al bar a tomar una exquisita caipiriña; a la noche buscamos un lugar para comer en Foz do Iguazú, que nos quedaba a unos 15 kilómetros de distancia. Es una ciudad importante del Estado de Paraná, con una población cercana a los 300.000 habitantes, que vive principalmente del turismo y de la generación de energía eléctrica. Al día siguiente comenzamos con las excursiones; primero a las Cataratas del lado brasileño, en los dos niveles; tiene un edificio principal de administración y venta de entradas y a partir de allí los visitantes se mueven en cómodos autobuses que circulan en forma permanente hasta las instalaciones pegadas al río Iguazú. Es difícil encontrar adjetivos que puedan describir tanta belleza; a pesar de habernos colocado “pilotines protectores”, el agua cae y golpea con tanta fuerza que produce una gigantesca nube que termina mojando a la gente que se fotografía en balcones especiales para tal fin. En el sector comercial comimos unas ricas hamburguesas y pudimos contemplar el río previo a las fabulosas caídas de agua. Por la tarde volvimos a descansar al hotel reconfortados por la experiencia. A la tardecita siempre el aperitivo especial que nos preparaba amablemente Wilson, un muchacho brasilero entendido en la preparación de caipiriña. Esa noche cenamos muy rico en el mismo hotel.


El día 23 de junio programamos una visita a Ciudad del Este, en Paraguay, para hacer algunas compras. Nos recomendaron, por seguridad, dejar estacionado el auto en el lado brasileño y cruzar caminando el “Puente de la Amistad” sobre el río Paraná; la premisa era volver antes de las cinco de la tarde, ya que oscurecía muy temprano. Nuestro centro operativo fue el primer “Shopping Center” (Shopping del Este) que se encuentra al cruzar el puente, inmediatamente después del control migratorio paraguayo. El movimiento de gente y automóviles resultaba caótico; sólo salimos del centro comercial para caminar un par de cuadras, comer algo y comprobar que eso no era lo nuestro. Volvimos a “refugiarnos” al shopping y después de una merienda temprana volvimos con algunos paquetes de compras a buscar la Trooper y regresar al alojamiento.


Al día siguiente nos tocó conocer las cataratas del lado argentino; ahí nos dimos cuenta que podía superarse la capacidad de asombro, al contemplar la increíble “garganta del diablo”, después de una larga caminata por senderos sobre el agua. Además, disfrutamos del pintoresco trencito que lleva a los turistas por las diferentes estaciones dentro del parque. Las pasarelas peatonales se extienden en tres niveles, con balcones miradores que permiten apreciar desde distintas perspectivas los innumerables saltos de agua, rodeados de una frondosa vegetación tropical. En síntesis, todo el entorno es una cabal expresión de vida en la naturaleza; Poco tiempo después, en el año 2011, las cataratas fueron incluidas dentro de las siete maravillas naturales del planeta. Después de recorrer los puestos de artesanías, salimos “empapados” de belleza y fuimos a merendar a Puerto Iguazú; allí conocimos también el hito de las tres fronteras. Ya de noche, volvimos al hotel a cenar y reponer energía.


El 25, a la mañana, disfrutamos de otro espectáculo imponente en la inmensa represa de Itaipú, obra maestra de la ingeniería sobre el río Paraná. Hasta el año 2011 era la más grande del mundo, con 20 turbinas generadoras de energía hidroeléctrica. Al mediodía almorzamos en la ciudad de Foz y luego conocimos el Shopping Cataratas. Antes de volver al hotel, visitamos el hito de las tres fronteras, del lado brasilero; la frontera tripartita se ubica en la intersección de los ríos Paraná e Iguazú y hermana los tres países.


Nos quedaba el último día; conocimos el “Parque das Aves”, cercano al ingreso al Parque nacional Cataratas; es una santuario y refugio de aves, inaugurado en 1994, en un predio de 16 hectáreas. Tomamos una cantidad de fotos de ejemplares multicolores y después fuimos a almorzar al mismo Shopping de Foz. Por la tarde “hicimos hotel”, aprovechando la piscina climatizada del mismo. Marta y Patricia también disfrutaron del servicio de spa, a modo de despedida. El Harbor Colonial nos resultó cómodo y con buenos servicios, especialmente el desayuno buffet con infinidad de exquisiteces saladas y dulces; además, las caipiriñas preparadas por Wilson eran insuperables.


Después de una estadía de seis días, partimos de regreso a Argentina con la idea de pernoctar en Posadas. Paramos a almorzar en la localidad de Puerto Rico y a la tarde visitamos las ruinas de la Reducción Jesuítica de Nuestra Señora de Santa Ana, unos 50 kilómetros antes de posadas. Están muy deterioradas e invadidas por la vegetación selvática de la zona, pero vale resaltar la excelente presentación realizada por el guía a cargo del edificio histórico.


Ahí descubrí que se había dañado la correa de refrigeración del motor de la Trooper; llegamos con lo justo a la capital, nos alojamos en el hotel Julio César y dejamos el auto en el garaje. A la noche pedimos un taxi que nos llevó a la hermosa costanera posadeña, en donde comimos en un restaurante típico, “Doña Chola”. En el segundo tramo de la nueva costanera, se puede observar el enorme monumento emplazado en una isla circular, homenajeando al Comandante Andresito Guacurarí, un verdadero héroe misionero; es una obra escultórica de 17 metros de altura, hecha con acero inoxidable, que se ha transformado en el ícono de la ciudad.
Temprano en la mañana, me ocupé de conseguir el repuesto necesario y a la persona que solucionó el problema técnico del vehículo. Estuvimos listos para seguir viaje a las once y paramos al mediodía en Gobernador Virasoro. Después de las dos de la tarde entramos a conocer la enorme Estancia Las Marías, establecimiento líder en la producción de yerba mate y té. Fue fundada en el año 1912 y tiene 300.000 hectáreas propias de cultivo. Recorrimos el lugar y compramos varios productos para llevar de regalo.
La próxima etapa nos llevaría hasta las Termas de Federación, ya en la provincia de Entre Ríos; allí nos alojamos en el “Apart Hotel Federación”, ubicado a sólo cien metros de la entrada del Complejo Termal. Esta antigua ciudad productora de cítricos y madera de pinos y eucaliptos, se fue transformando con el paso del tiempo; en 1979, al inaugurarse el Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande, se inundó más de la mitad de la ciudad y se fundó la “Nueva Federación”. A comienzos de la década del noventa, por iniciativa del Intendente del pueblo, comenzaron las perforaciones en busca del agua termal proveniente del gran “Acuífero Guaraní”. Recién en 1994, a 1268 metros de profundidad, pudieron dar con el “tesoro” que cambió los destinos del lugar para siempre. En 1997 se inauguró el primer Parque Termal de la Mesopotamia Argentina, de ocho hectáreas de superficie y con diferentes piletas de aguas curativas; A partir de ese evento histórico, alrededor de ese predio termal, nació la flamante “Ciudad Termal de Federación”, que atrae a infinidad de visitantes durante todo el año. Nos quedamos tres días disfrutando las bondades del lugar, respirando energía positiva y saboreando la variada gastronomía local; en especial la noche de despedida, en el restaurante “Casablanca”, con odaliscas incluidas.


El uno de julio, iniciamos el penúltimo tramo de la aventura; para que conocieran nuestros consuegros, ingresamos al Parque Nacional El Palmar. Es una reserva única de palmeras Yatay (Butia yatay), que también tiene vestigios de las reducciones jesuíticas, sobre la costa del río Uruguay. Hay variedad de animales protegidos, sobresaliendo como emblema la vizcacha (Lagostomus máximus). La siguiente escala fue a 30 kilómetros de Concepción del Uruguay, sobre la ruta provincial 39; allí se encuentra el Palacio San José, museo y monumento histórico, donde vivió y murió el General Justo José de Urquiza. Fue construido entre los años 1848 y 1860, en estilo renacentista italiano, por el arquitecto Pietro Fossati. Este hermoso palacio fue habitado por el primer Presidente Constitucional de la Confederación Argentina, con su familia, hasta su asesinato el día 11 de abril de 1870.


Llegamos a la ciudad de Paraná con las últimas luces de la tarde y nos alojamos en el hotel Paraná Plaza Jardín. Esa noche cenamos un riquísimo surubí a la parrilla, acompañados de una de las hermanas de Marta que vive aquí, Cristina. El último día, 2 de julio, desayunamos temprano, recorrimos la hermosa costanera paranaense y el Parque Urquiza y, finalmente, emprendimos el regreso a Córdoba. Arribamos a la tarde, cansados pero exultantes por la inolvidable experiencia compartida.

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